Ir al contenido principal

No te tomes a mal, es broma cuando te digo…


No te tomes a mal, es broma cuando te digo… 

El molondro que comprendo en tu figura de ballena.

Aguas son benditas las que traen focas como tú con olor a mofeta. 

Eres ballenato viejo y menopáusico con un culo poco útil por su peso, pero pedorro como el de un hipopótamo que se hace eterno de sólo verlo. 

Como los burros, con poca inteligencia. 

Pegote de carne con ojos sin razón ni fuerza. 

Es una broma… 

Legitimamos la ironía con palabras y eventos aparentemente sin especial trascendencia. 

Las consecuencias son humillantes, desagradan, dañan e insultan a la persona. 

No puede ser broma divertirse desde el sufrimiento de otro. 

Situaciones inesperadas, que distorsionan la realidad mostrando como cierto algo que no lo es, puede llegar a ser doloroso e incluso traumático para quién es objeto de este tipo de divertimiento. 

Mi Autoestima no es broma…

Comentarios

Entradas populares de este blog

A Jaume, el dragón que llevo dentro...

    Así se llama mi mundo. El lugar donde me guardo y me protejo de “eso” y “aquello” que no comprendo, y tan poco quiero hacerlo. Si ya existe o si lo si de él se habla o se escribe, no es mi preocupación. Yo sólo sé que en “Drago Planet”, únicamente existen los que en mi imaginación quiero yo. Ahí todo somos dragones, de esos que echan fuego, pero no se queman. Ahí somos libres. Ninguno se detiene por el que camina, vuela, salta. Ni siquiera sabemos que es la vida, ni para qué sirve. Somos dragones, y a eso hemos venido. A disfrutar por ser dragones. Nos odiamos y nos matamos, pero nadie es malo. Nos amamos y nos acogemos, pero nadie es bueno. Todos somos blancos y todos somos negros. Nos alimentamos de ideas que sólo nosotros comprendemos, y la razón en ellas no existe. Ninguno es superior o inferior, ahí ninguno ordena a ninguno, Todos sabemos lo que cada uno ha de hacer porque simplemente lo lleva dentro. Escuchamos cuando nos

Bendita cueva.

Por la "cueva" yo también pasé, y me quedé un tiempo. Sin darme cuenta los pasos que daba me dirigían hacía más dentro. No tenía ni idea de cómo salir, creo que tan poco quería hacerlo. Perdí toda luz, nada me guiaba, miraba a todos lados,   no existía ni un destello. Cansada, muy cansada, rendida me tiré, me dije hasta aquí llegué, quiero morir. Y así lo hice. Ahora sé que ese “morir", era fundamental. Ahora sé que para "renacer", hay que morir, y con ello todo lo que me hizo llegar a ese insoportable estado agónico. Es imposible el día, sin la noche. Me detuve, me rendí a esa lucha interna y cerré mis ojos con deseo interno de no despertar. Algo pasó en ese sueño profundo, cuando “desperté” sentí que la luz que buscaba   afuera en realidad estaba dentro. Por primera vez en mucho tiempo se asomó una sonrisa para mí. Levantarme me costó ponerme de rodillas. Me salió decir gracias, y sin miedo supe que e